Carta abierta de Mike Treen a Winston Peters en relación con la agresión israelí y el comportamiento del Gobierno de Nueva Zelanda.
Estimado señor Peters:
Gracias por responder a mi carta de preocupación acerca del comportamiento del Cónsul Honorario de Nueva Zelanda en Israel durante mi detención en ese país por intentar romper el asedio a Gaza transportando suministros médicos a esa parte de Palestina.
Acepto plenamente, y era consciente de que el asesor de viaje MFAT para Israel y los Territorios Palestinos Ocupados aconseja no viajar a Gaza. También era consciente y acepté el hecho de que el gobierno de Nueva Zelanda tiene una capacidad limitada de asistencia.
Consciente de estos hechos, acepté que al intentar viajar allí lo hacía a mi propio riesgo.
Sin embargo, mis preocupaciones son acerca del comportamiento del Cónsul Honorario de Nueva Zelanda Sr. Propper cuando se reunió conmigo en la prisión israelí. Yo enumeré cinco áreas centrales de preocupación.
- El cónsul se entrevistó conmigo en una celda en presencia de personal de la prisión y personal de seguridad. Él fue el único oficial consular que permitió semejante cosa. Él aceptó la afirmación israelí de que no había habitaciones disponibles cuando subsecuentemente quedó demostrado que eso era mentira.
- Él dio por descontado que las heridas sufridas por mí habían sido causadas de alguna manera por mi mismo.
- Él aceptó el embuste de que los oficiales de prisión no podían acceder a mis posesiones retenidas en otra habitación.
- Él rechazó mi queja de que me habían robado cuando la mayor parte de mis posesiones no se habían introducido en el equipaje que se transfirió a la prisión. No volví a recuperar mis posesiones excepto un bolso de mano y un monedero del que faltaba la mayor parte del dinero.
- Él me presionó repetida e insistentemente para que firmara un documento de auto-deportación sin consultar a los abogados que estaban de camino a la prisión.
El único comentario de Vd. sobre mi queja fue que:
“Como Cónsul Honorario Mr Propper no es ni un agente del Estado de Israel ni el representante personal de usted. Su papel era el de ofrecerle asistencia consular de acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, y nos satisface que así lo haya hecho”.
Me tomé la molestia de leer esta convención para ver como encajaba con el tratamiento que recibí y no veo la forma en que su comportamiento encaja con la descripción de su papel, que transcribo a continuación:
“(i) sujeto a las prácticas y procedimientos obtenidos en el Estado receptor, representando u organizando la representación adecuada para nacionales del Estado emisor ante los tribunales y otras autoridades del Estado receptor, con el propósito de obtener, de acuerdo con las leyes y regulaciones del Estado receptor, medidas provisionales para la preservación de los derechos e intereses de estos nacionales, donde, debido a la ausencia de cualquier otra razón, tales nacionales sean incapaces en el momento adecuado de asumir la defensa de sus derechos e intereses”.
El señor Propper no hizo nada que pudiera describirse como buscar la “preservación” de mis derechos en forma alguna. De hecho, él actuó activamente para socavarlos.
Yo no esperaba que el señor Propper actuara como mi “representante personal” pero tampoco esperaba que se comportara como si fuese un agente del Estado de Israel, que es lo que en efecto hizo.
Si Vd. decide simplemente ignorar la queja y se niega incluso a investigar, como parece ser el caso, entonces otras personas podrán convertirse en víctimas del comportamiento nada profesional del Cónsul Honorario en el futuro.
Atentamente,
Mike Treen